Los 'boiler rooms' de Barcelona
- Júlia Moreiro
- 5 may 2016
- 2 Min. de lectura
La última película de Martin Scorsese, El lobo de Wall Street, fue un éxito de taquilla hace tres años que pasará a la historia. Probablemente lo hará por la magnífica actuación de Leonardo di Caprio que, injustamente, no recibió el Óscar por interpretar al protagonista Jordan Belfort. Seguramente, también será recordada por ser una de las pocas producciones de Hollywood que critica la utópica idea del sueño americano. Pero en el mundo de las finanzas, las más de tres horas de excesos y delitos que se muestran en el filme, serán recordadas por mostrar al mundo, de forma exagerada, lo que permanece en la sombra del sector.
El lobo de Wall Street narra la vida del toxicómano magnate de las finanzas Jordan Belfort en el Wall Street de los años 90. La historia explica cómo un chico de clase media, con una gran capacidad de liderazgo, consigue crear un imperio financiero, Stratton Oakmont, y convertirse en multimillonario. El protagonista, con su labia, convence a un grupo de inadaptados sociales para vender acciones y quedarse con la mitad del valor de venta como comisión. La empresa de Belfort se hace de oro con la venta de las boiler rooms, es decir, acciones de empresas sin ningún valor en bolsa por las que reciben una altísima retribución.

Tal y como explica una investigación llevada a cabo por El confidencial, la historia de Jordan Belfort no solo se puede entender en EEUU. Hoy en día, en Barcelona y Valencia existen varios boiler rooms. El suave clima atrae a los delincuentes financieros, perseguidos en sus respectivos países, a establecerse en las costas mediterráneas y estafar a los inversores de la misma forma que se muestra en la película. Lo que hacen estos defraudadores es intentar convencer a los clientes de que compren acciones que no cotizan en ningún mercado regulado y quedarse con la comisión.
Tal y como explica la versión digital del diario, es sencillo identificar este tipo de estafas ya que siempre usan el mismo procedimiento. Llaman, ofrecen abrir una cuenta e invertir en determinadas acciones. A los pocos días, llaman de nuevo diciendo que se ha recuperado el gasto, es más, que se ha doblado o triplicado. Con esto pretenden conseguir una nueva inversión, a partir de la cual, bloquean la cuenta y se quedan con el dinero.
El lobo de Wall Street es una obra maestra de Scorsese. Tiene un magnífico guión y unas interpretaciones muy acertadas. Pero lo mejor de todo es que se basa en una historia real, Jordan Belfort existió de verdad. La película muestra una realidad oculta, de un sector poco conocido y pone de manifiesto trucos y engaños que se dan en la vida real. Más cerca y más frecuentemente de lo que pensamos.
Comments