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Joan Majó: “Una Cataluña independiente puede tener una economía muy fuerte”

Nos recibe en el despacho de su casa, un enorme piso en la calle Muntaner, en Barcelona. Si algo no falta son los libros. Algunos los ha escrito él, otros no. Las enormes estanterías repletas de conocimiento son solo un preludio de lo que el ex ministro nos va a ofrecer. Joan Majó no tiene pinta de fumar, aun así, hay una mesa repleta de cajetillas de tabaco. Entran escalofríos solo de pensar en la cantidad de personalidades del mundo político-económico que habrán visto lo mismo, que se habrán sentado en el mismo sofá y habrán mantenido una conversación distendida con él.


Joan Majó estudió y se doctoró en Ingeniería Industrial en la UPC (Universitat Politècnica de Barcelona). Su primer cargo público fue el de decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Catalunya. Después de una década en el puesto, dio el salto a la política. En 1979 fue elegido alcalde de Mataró, su ciudad natal. Tres años más tarde fue elegido diputado en el Congreso y, en el primer gobierno de Felipe González, fue nombrado Ministro de Industria y Energía. Tras su andadura política se adentró en el mundo de la comunicación dirigiendo la Corporación Catalana de Radio y Televisión, lo que actualmente se conoce como la CCMA (Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals). También formó parte del Comité Olímpico en los Juegos de Barcelona en 1992 y ocupa cargos de relevancia en materia de investigación y desarrollo de telecomunicaciones en Europa. Además es autor de libros como El món que ve...ja el tenim aquí, Luz al final del túnel i Després de tocar fons; todos ellos referentes en el mundo de la economía.


Su currículum es muy extenso. Su experiencia vital y el conocimiento que ha ido absorbiendo a lo largo de los años y los cargos que ha ocupado provocan que sepa, en cada caso, de lo que habla y conozca a fondo todos los ámbitos de la economía. No hay tema que no haya estudiado o sobre el que no tenga opinión fundamentada. Todas sus respuestas están justificadas al detalle y explicadas de forma más que entendible.



Inestabilidad política en España


Uno de los temas que más preocupan al exministro es la situación que atraviesa en estos momentos la política española. Majó considera que el tira y afloja que nos ha llevado a unas nuevas elecciones tendrá repercusiones negativas en la economía. Tal y como explica, “la Unión Europea ya no estaba muy contenta con la actuación del gobierno español, pero con esta situación de provisionalidad aún menos”.


Según Majó, el gobierno debe dejar de lado la publicidad sobre la salida de la crisis. Considera que el mundo se ha alejado de la parte más dura de la recesión, pero la situación aún es frágil. España no está aún en una situación económica estable ya que sigue con unos altos niveles de deuda y de déficit. El poder político que derive de las elecciones del 26 de junio, tal y como aconseja el exministro, debería aplicar todas las medidas económicas necesarias para hacer frente a estos problemas.


Reducción de presupuestos de las Comunidades Autónomas


Majó relaciona esta disminución del gasto con las políticas de austeridad promovidas por la Unión Europea para reducir el déficit. Considera que los recortes presupuestarios son la única alternativa dadas las directrices europeas y la reticencia del gobierno a subir los impuestos. Dice que la situación deficitaria tiene que empezar a tratarse en el ámbito regional para posteriormente implantarla en el sistema estatal. Aun así, Majó cree que las instituciones de poder no han sabido tratar la crisis. Considera que los recortes no se están produciendo correctamente, en su opinión, en vez de cercenar las prestaciones sociales se debería disminuir el desembolso de capital en otras áreas como, por ejemplo, la defensa.


Majó cree que, en el caso de Cataluña, lo que más afecta no son los recortes en el presupuesto, si no en la inversión. Esto afecta gravemente a las empresas y a la producción industrial. Según él, “si se deja de construir una vía del tren en una zona no industrializada no tiene consecuencias negativas para la economía, en cambio, si no se construye en el foco de la producción puede haber problemas”.


Educación


Otro de los problemas que le preocupan al exministro de Industria es el modelo educativo catalán y español. Considera que en nuestro país hay demasiada población universitaria y no formada y, en su opinión, se debería desarrollar más a fondo la educación profesional. Según Majó, la formación media es tendencia en Europa, en los países que funcionan como Alemania. En cuanto a la propuesta de privatización de la educación universitaria, el modelo 3+2, Joan Majó considera que tiene ventajas e inconvenientes. Aun así, no es partidario de alejarse del modelo educativo imperante en Europa. Tal y como él dice, “no creo que se haya equivocado todo el continente”.


Sindicatos


La manifestación de la pasada Jornada Internacional del Trabajador, ha hecho reflexionar a Joan Majó sobre la relevancia de los sindicatos en la actualidad. El exministro considera que “han quedado desfasados porque la naturaleza del trabajo ha cambiado mucho”. Duda mucho acerca de su eficacia para representar a los parados y no entiende la acción sindical en el sector público. En su opinión, la defensa de los intereses de los funcionarios, personas que tienen el trabajo y el sueldo asegurado, puede ir en detrimento de los usuarios de la Administración Pública.


Una vez más, Majó propone el modelo de cogestión imperante en Europa. En este sistema, los sindicatos se encaminan a defender los intereses de la empresa para proteger los derechos de los empleados. Dice que “la acción sindical debería abandonar la idea de que la empresa es el enemigo porque si se hunde se destruyen muchos puestos de trabajo”. Por lo tanto, el exministro defiende la modernización y desindustrialización de estos organismos defensores de los trabajadores.


Independencia de Cataluña


Por último, Joan Majó se define abiertamente como federalista en lo referente al proceso soberanista catalán. Desde su punto de vista lo importante es conseguir tres objetivos fundamentales, no el camino que se tome para llegar hasta ellos. Para el exministro es fundamental que los catalanes consigan un pleno reconocimiento nacional que derive en la concesión del derecho a decidir; una soberanía absoluta en lo referente a la cultura, la lengua y la educación y un pacto fiscal que replantee las relaciones económicas entre España y Cataluña.


Majó admite que el camino que se ha tomado es un error. Cree que la base de la soberanía catalana recae en el pacto fiscal y está totalmente en contra de la independencia unilateral que se pretende proclamar. Tal y como él dice, “cuando entras en una batalla debes tener en cuenta las razones del enemigo y las armas que tiene y, hoy por hoy, España es más fuerte”. España tiene argumentos para querer que Cataluña siga formando parte del Estado y, además, tiene el dinero recaudado de los impuestos. La región catalana supone un 21% del PIB español y el exministro entiende que el gobierno central no quiera desprenderse de una parte tan importante de la economía estatal.


Joan Majó no está en contra de la independencia, pero cree que solo es viable si es pactada. Cree que, si se produce una salida traumática de España, Cataluña jamás formará parte de la Unión Europea y eso supondría su ruina económica. Cree que las autoridades catalanas deberían abrirse a la negociación teniendo en cuenta que no podrán conseguir todo lo que pretenden.



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